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  DIARIO DE LIZ HALEN 5º
 
                                                                                                  14 de diciembre 1991
Queridísimo diario….
Mi nombre es Liz Halen, y fui a un concierto de Michael Jackson. Realmente, algo más.
Fue LA MEJOR experiencia de mi vida. Tanta alegría, tanta emoción… la verdad… me sentí en la mismísima gloria…
Desperté súper ansiosa por ir al concierto. No quise siquiera comer, aunque Edward me obligo a hacerlo, dijo que no me llevaría con el estomago vacio. Así que comí, pero solo un poco, aunque mi energía saltaba por todos lados, no paraba de hablar, no lograba estar quieta
Lo que iba a pasar, iba a ser un cambio brutal para mí.
Luego se hicieron las 15:00 hs y yo estaba cambiada, y lista para irme. ¡Faltaban 5 horas y yo ya casi estaba dentro del auto para irme! Ahora que lo pienso, había enloquecido, jajá.
Me decía a mi misa “¿Qué hice yo para merecer esto”? o “Gracias Dios, ¡GRACIAS!”
Llego un momento en que Edward me dijo que valla a la habitación a calmarme un poco. Y tenia razón, me acosté, me tranquilicé, y pensé que debía bajar un poco el nivel de energía ¡O terminaría en un siquiatra!
Respiré profundo y deje mi mente volar…. ¡La deje volar tanto que me dormí!!
Después de un largo tiempo, me desperté, con mucha fatiga, bajé las escaleras, me senté súper dormida en el sofá del living y… ESPEREN!!!
 Corrí de una manera sobrenatural hasta donde estaba el reloj de la cocina.
Yo: ¡¡¡SON LAS 7:30!!!
¡No se imaginan como subí las escaleras hasta la habitación de Edward, hasta me caí tres veces mientras subía! Edward estaba mirando televisión.
Yo: ¡¡EDWARD APURATE SON 7:30!!
Ed: ¿¡7: 30!? ¿Estas lista?
Yo: ¡Claro, ya vamos!
Fuimos en el auto y mientras íbamos camino al concierto:
Yo: Edward, no vamos a llegar, no vamos a llegar- (Yo siempre tan positiva)
Ed: ¡Vamos a llegar Liz, no estamos tan lejos!
En fin, a los apurones llegamos al lugar. Había muchísima gente afuera, pero nos dejaron pasar- a los empujones, claro- porque nuestros asientos estaban en tercera fila. Quise comprar unas remeras de Michael pero ya no había tiempo. Así que entramos. Mi estomago comenzó a dolerme, como siempre me pasa cuando estoy muy nerviosa. Pero este dolor era lindo, diferente…
Llegamos a nuestros lugares, seguí sintiendo ese hermoso dolor, es verdad que dicen que se sienten como “mariposas en el estomago” al principio no lo creía.
Yo miraba para todos lados para ver si la función comenzaba. Todos los gritos de las demás fans nos dejaban sordos. Claro que yo también gritaba.
Ed: ¿Que hora es Liz?
Yo: ¿¡Que!? . ¡No se escuchaba nada!
Ed: ¿Que- hora-es? – me dijo entre señas
Yo: Ah –miré el reloj pulsera- las 20:10.
Ed: Ok, siempre tardan así que…
No entendí que dijo a lo último, pero en ese momento nada podía salir mal.
Luego se hicieron, creo que las 20: 15, una música lenta empezó a sonar y después se escucho Man in the mirror, la reconocí enseguida, me encanta esa canción.
Un humo blanco comenzó a salir de los costados del escenario y unas luces espectaculares de colores se veían de ahí arriba; ¡Y en el momento menos inesperado apareció Michael, desde abajo del escenario! Empezó a cantar y la gente se volvió loca, entre ellas Edward y yo. Guau, que hermoso se veía ahí, lo vi perfecto, y su manera de cantar y bailar me deslumbraba. Mucha gente se desmayó, pero yo no, el solo echo de verlo me mantenía de pie.
Los minutos no pasaban cuando lograbas verlo así. El tiempo se detiene por completo. El cantó Bad, Beat it, Jam, Thriller, una parte de Black or White, y otras mas. ¡Yo canté todas las canciones!
Luego hubo un intervalo de 15 minutos. Apagaron las luces y unos guardias comenzaron a meterse en la tribuna, no sabia para qué. Hasta que se acerca uno a mí.
Guardia: ¿Cuantos años tienes niña?
Yo: Trece - dije confundida
Guardia: ¿Quieres subir al escenario para la ultima canción?
Yo: ¿Enserio? ¡¡Claro!!
Ed: Ve rápido Liz, después iré por ti.
El guardia me llevó alzada a mí y a otro niño, es que con toda esa gente no se podía pasar. Suerte que no soy pesada, jajá
Nos pusieron a un lado del escenario ¡Las piernas me comenzaron a temblar! Había otros chicos más ahí, de todas las edades. Entonces se me acerca una niña, de mi edad, creo.
X: ¡Hola!
Yo: Hola… ¿Como te llamas?
X: ¿Emily Wells y tú?
Yo: Liz Halen. ¿Oye, a ti también te buscaron unos guardias?
Emily: Si, ¡y ahora estoy muy nerviosa!
Yo: Igual yo. ¡Ya me comenzaron a temblar las piernas!
Las luces se prendieron de nuevo.
Emily: Oye, ¿aquel del otro lado del escenario no es Michael?
Cuando se dio vuelta…
Yo: Si, ¡Es el!
Entones Michael se acercó al centro del escenario y comenzó a sonar Heald the World y empezó a cantar. Habia coordinadores a nuestro lado para darnos las indicaciones de lo que teníamos que hacer nosotros.
Michael seguía cantando, OMG que hermoso se veía.
La coordinadora nos dio la orden de salir en fila hacia Mike. Entonces le di la mano a Emily, me puse adelante, y fui rápido hacia donde Michael para poder tomar su mano.
Guau, ese momento fue único. Me miró sonriendo mientras tomaba mi mano y cantaba “Make It A Better Place”. ¡Por poco me derrito! Su mano era tan suave, estaba algo húmeda, seguro habrá transpirado en el transcurso de la función, pero eso lo hacia aún mas lindo. Jamás me había sentido tan bien. Pero es que no sentía su mano, sino el cielo…
Nunca quise que la canción terminara. Pero lo hiso, y después de los aplausos salimos por otro costado del escenario. Ya nos habíamos soltado de las manos.
Y en eso se acerca Emily, que se me había perdido mientras salíamos.
Emily: ¡Liz, Fue genial!
Yo: Lo se, lo mejor de mi vida
Emily: ¡Tomaste su mano!
 Yo: ¡Siii, y es tan lindo!
Luego vino la madre de Emily a buscarla. Le dije que algún dia nos íbamos a volver a ver.
Entonces me senté en una banca que estaba alado de los camarines para esperar a Edward.
Pasaron unos cinco minutos cuando se me acercan unas personas. No veía quienes eran, las luces estaban apagadas, así que esforcé la vista para ver y…
 
Segunda parte del día 14 de diciembre 1991
¡Michael! – Me dije en mi mente- hasta que se acerca donde yo estaba.
Michael: Hola – dijo con esa sonrisa que yo tanto amaba
Yo: Hola – Oh my God, me comenzaron a temblar las piernas de nuevo
Michael: ¿Como te llamas?
Yo: Liz Halen
Michael: Bueno Liz, tienes una sonrisa hermosa ¿Sabias?
¡No sabia donde meterme, me puse roja!
Yo: Ah, jajaj, gracias – miré para abajo súper avergonzada
Michael: ¿Puedo sentarme?
Yo: Si, claro
¡Tenia a Michael Jackson sentado a mi lado!
Michael: ¿Te gusto el concierto Liz?
Yo: Por supuesto, y el estar arriba del escenario fue un sueño cumplido.
Michael: ¡Que bueno! Para mí, ese es el lugar mas seguro.
Yo: Si, todos los ojos de las personas siguiéndote, eso me gusta.
Michael: Me pasa lo mismo, jajá
Y en ese justo momento aparece Edward, me venia a buscar.
Ed: Liz, aquí estas, perdona el retraso… ¡Ah hola! – Vio a Michael y lo saludo-
Michael: Hola, jajá
Ed: Te felicito por la función, estuvo espectacular, enserio
Michael: Guau, gracias.
Se le acerca un guardaespaldas a Michael…
GE: Sr Jackson, es hora de irnos.
Michael: Ah, bien. ¿Oigan, me dejan su teléfono? Los podría invitar a Neverland cuando quieran.
  Yo: ¿Podemos? – lo miré a Edward sonriente
Edward: Por supuesto, sí
Así que espere a que Edward le diera el número de su teléfono, y Michael nos diera le diera el suyo.
Michael: Adiós Liz, adiós Edward – parece que mientras Ed le daba su teléfono a Michael, le dijo su nombre. 
Yo: Adiós – lo salude con la mano con una sonrisa de oreja a oreja en mi rostro.
Mientras nos íbamos en el auto:
Yo: ¡¡Viste, viste Edward conocí a Michael Jackson!!
Ed: ¡Igual yo, los dos!
 Yo: Ya quiero ir al rancho de Neverland, ¿sabes lo que es?
Ed: Así como me vez Liz, sé mas de lo que crees de Michael
Yo: Esto es genial – me tiré para atrás en el asiento del auto.
Llegamos a casa de Edward, me cambie de ropa, ya era tarde, pero seguíamos impresionados.
Edward: ¿Liz, quieres comer algo?
Yo: Podría ser… ¡pero viste la parte en que saltó al escenario en Jam!
Ed: ¡Si, eso estuvo estupendo!
Seguimos hablando así, hasta olvidarnos de la comida.
Ed: ¿Qué hora es Liz?
Yo: Las 12:00
Ed: Ya me iré a dormir, mañana tengo que ir al trabajo por unos asuntos pendientes.
Yo: ¿De que trabajas Ed?
Ed: Soy abogado, estos días estuve de vacaciones.
Yo: Guau, ¿Y viajas por todas partes?
Ed: Si, algo así, jajá
Yo: Esta bien, me iré a dormir yo también.
Y aquí estoy querido diario, en mi habitación, tengo todo el tiempo la imagen de Michael en mi cabeza, y ahora creo, que vale la pena seguir adelante…
 
 
                                                                           14 de diciembre 1991
Querido diario…
Hoy desperté y bajé para desayunar en la cocina, me senté en la mesa súper dormida todavía. No vi a Edward en la casa, “seguro habrá ido al trabajo”
Entonces me senté a comer, y en eso suena el teléfono, corrí hasta llegar a el, y atendí.
Yo:Hola…
X: ¿Liz?
Yo: ¿Michael? – salé un poco mas hasta el techo
Michael: ¿Como estas?
Yo: ¡Muy bien! ¿Y tú?
Michael: ¡Bien, gracias!
Yo: Oye ¿Necesitabas algo?
Michael: ¡No no, nada, solo llamaba para saber como estabas! (Riendo)
Yo: Ah, jajaj – dije con una voz suave mientras casi me caigo del sillón
Michael: ¿Oye, tu vives de New York verdad?
Yo: ¿Si, porque?
Michael: Que pena que estés algo lejos para venir a Neverland algún día…
Yo: Guau, sí, no lo había pensado antes…
Michael: ¿Pero podemos hablarnos por teléfono verdad? Y las veces que valla a New York te visitaré
Yo: Jajá, por supuesto
Michael: Bueno Liz, un gusto hablar contigo, ¿Cuidate si?
Yo: Si, adiós Michael
Corté el teléfono, y ahí sí que me caí del sillón donde estaba. Creo que me quede en el suelo por mas de quince minutos con cara de embobada por hablar con Michael. ¡El era tan tierno!
Al rato llega Edward, yo estaba terminando de desayunar.
Ed: Hola Liz
Yo: Hola Ed. ¿Cómo te fue hoy?
Ed: Bien, pero, tengo que decirte algo…
Yo: ¿Algo malo?
Ed: Por una parte sí
Yo: Dime…
Ed: Es que, me dieron un cargo, tengo que viajar por varios días.
Yo: ¿Enserio?
Ed: Si, y lo malo es que no creo que tu madre te deje venir conmigo. Si fuese por mi vienes enseguida tu sabes que lo haría.
Yo: ¿Mi madre? Oh, no, con mi madre no voy a hablar nunca más.
Ed: Algun día tendrás que hacerlo de todos modos Liz
Yo: ¿Pero si me hace algo?
Ed: Yo iré contigo, pero tenemos que hacerlo. ¿O no quieres viajar conmigo en avión, y conocer lugares nuevos? – sonrió
Yo: ¡Si, si quiero! ¿Pero, tiene que se hoy?
Ed: El viaje es en tres días.
Yo: ¡Oh esta bien! Mañana iré a hablar con ella, ¡pero tú me acompañaras!
Ed: Iré, ¡pero luego iremos a comprar muchas golosinas y cosas ricas para comer en el avión!
Yo: Si es que mi madre me deja, que no creo que lo haga…
Ed: Hay que intentarlo, al menos.
Yo: Sip, ¿oye y adonde viajaras o viajaremos?
Ed: Aún no me lo dicen, mañana tengo que ir a averiguar.
Yo: Ojala mi madre me deje ir, me gustaría mucho salir por unos días de New York.
Ed: Em, creo que no serán solo unos días…
Yo: ¿Porque no?
Ed: Quizá me tomen como abogado personal y tenga que mudarme.
Yo: ¡Ah, entonces, empecemos a rezar para que mama me deje ir!
Ed: ¡Si, si vas será muy divertido, podemos ir a parques de diversiones y conocer muchos lugares!
Yo: Eso seria genial…
Ed: ¡Ok Liz, tomaré un baño, luego te veo!
Me senté y me puse a pensar que podría decirme mi madre mañana cuando valla a hablar con ella. Pero Ed tiene razón, algún día tengo que hacerlo.
Pasamos la tarde en el trabajo de Edward, me mostró su oficina, luego fuimos a comer a un restaurante, y después volvimos aquí a su casa. Ya es de noche, hoy fue un día genial. Ojala mañana también, deséame suerte querido diario…
 
 
 
   
 
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